jueves, 22 de marzo de 2012

Ensalada de evolución

Leyendo un artículo de M.J. Schwarz caí en la cuenta de que algunas cosas, que tomamos como normales y naturales, han sufrido un proceso de selección biotecnológica para llegar a adquirir el aspecto y características que hoy en día poseen. Muchos de estos procesos se basaban en el método de ensayo-error puesto que se desconocía el fundamento científico, sin embargo han sido eficientes




Si pensamos en zanahorias, rápidamente las visualizamos de color naranja, y es que, ahora son así, sin embargo, lo que no tenemos en cuenta es que en su origen las zanahorias eran de color morado casi negro, muy pequeñas y con varios cuerpos. En siglo XVII en Holanda reinaba la casa de Orange (naranja en francés, inglés y holandés), y los agricultores de aquel tiempo dedicieron realizar cruces y selecciones de esta planta hasta obtener zanahorias anaranjadas, hasta entonces nunca vistas. Y todo esto por complacer a la monarquía.





Si pensamos en tomates, en nuestra mente aparecerán del típico color rojo vivo, incluso podemos hasta pensar en tomates verdes si aun no están maduros. Cuando los conquistadores españoles los trajeron a Europa, este fruto se caracterizaba por tener color amarillento, de ahí el nombre italiano de "pomodoro" (manzana dorada). Por tanto las especies de planta de tomate se han ido seleccionando hasta adquirir el apetitoso color rojo, y además de apetitoso rico en betacarotenos.




También se han usado estas técnicas para obtener de la especie  Brassica olearacea, muchos alimentos, y muy variados. Teniendo en cuenta que esta especie se caracteriza por hojas de bordes rizados que parecen hiedra, parece descabellado pensar que las coles moradas, el brécol, la coliflor o las coles de bruselas pertenezcan a la misma especie. ¡Y esto se ha conseguido solo por la selección de los agricultores!



Y por último, para no enrrollarme mucho, cabe destacar el maiz, que ha sufrido un gran proceso evolutivo  influenciado por la mano del hombre. Utilizando como modelo esta planta se empezaron a conocer los fundamentos genéticos de la selección, la recombinación genética y se pusieron a punto técnicas de mejora, por lo que las pruebas han sido múltiples, obteniendo muchos tipos de mazorcas hasta llegar a alcanzar una con un gran rendimiento productivo, muy distinta eso si, del maiz original, de color mucho más oscuro y con apenas granos.

   
Con todo esto, solo nos queda preguntarnos, cuando pensemos en modificación vegetal para uso alimentario, si de verdad es algo "tan malo" como nos quieren hacer ver. No olvidemos, que desde que el hombre es hombre, ya ha influido sobre la naturaleza, al igual que la naturaleza lo ha hecho sobre él. 




domingo, 18 de marzo de 2012

Bostezos contagiosos

Si tuviera que apostar, apostaría a que alguna vez has bostezado viendo hacerlo a otra persona… y por tanto quizá te hayas preguntado por qué es contagioso el bostezo.
Pues bien, ver a alguien bostezar, escuchar un bostezo o incluso leer sobre los bostezos, puede hacerte bostezar. Así que ten cuidado y prepárate porque hoy en CienciaDeCerca te brindo algunas posibles respuestas a este misterio.
 

El bostezo se define como “hacer involuntariamente, abriendo mucho la boca, una inspiración lenta y profunda y luego espiración, también prolongada y generalmente ruidosa. Es indicio de tedio, debilidad, etc., y más ordinariamente de sueño.”

Los bostezos ocurren a todas las edades por igual, y también en algunas especies de aves, reptiles y otros mamíferos ,como por ejemplo los perros. Al contrario de lo que comúnmente se cree sobre los bostezos, no están tan relacionados al sueño sino a la vigilia. Si nos centramos en lo que se refiere a aspectos físicos, bostezar produce un enfriamiento del cerebro, ayudando a este a que funcione mejor.


Según esta teoría de enfriamiento y regulación del funcionamiento cerebral, se sabe que los bostezos se contagian desde tiempos ancestrales. Por aquel entonces los bostezos ayudaban a los grupos de vigilantes de nuestros antepasados a mantenerse alerta y detectar el peligro después de varias horas de vigilancia.

Por otro lado, otra investigación apunta que el bostezo contagioso es un signo de empatía, una forma de vinculación social. Destaca además que los niños comienzan a desarrollar este comportamiento de contagio a partir de los cuatro años de edad y que en niños con autismo existe la mitad de posibilidades de que el bostezo se contagie.

Como señalaba al comienzo varias especies bostezan, sin embargo solo en los humanos, los chimpancés y en algunas razas de perros el bostezo es contagioso, lo que indica que estas especies son especialmente sensibles ante estímulos de comunicación social. Échale un vistazo a este vídeo en el que se puede apreciar claramente cómo se contagia el bostezo en chimpancés.


 
Puede que no hayas bostezado con los chimpancés pero…  cuando veas a otra persona bostezar inenta impedir que inmediatamente te suceda lo mismo. Si lo logras, ¡por favor, házmelo saber!

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