Ahora que he cambiado de tercio (sigo siendo
biotecnóloga, pero estoy descubriendo el camino de la enseñanza) me he
propuesto enseñar bien, y que mejor manera de empezar que destapando algunos
mitos.
Muchas veces hemos aprendido mal, por simples confusiones,
por pasar por alto cosas que parecían insignificantes pero que realmente no lo
eran, por captar ideas erróneas, o simplemente porque nos quisieron simplificar
tanto los conceptos que a fin de cuentas no tenían que ver nada con la realidad
(como eso de que en física todos los cuerpos se toman como esféricos… y daba
igual que fueran balones, vacas o personas…). Cosas que hemos leído no se dónde, que no se quién nos ha
contado…
La cuestión es que muchas de esas ideas se han ido
filtrando y perdurando en el tiempo y en la gente, y ya nadie las duda. Hasta ahora…
Por ejemplo, si ahora te preguntara cuál es la montaña
más alta del mundo, probablemente contestarías que el Monte Everest con sus 8.848
metros de altura sobre el nivel del mar. Quizá ni siquiera hayas oído hablar
del Mauna Kea hawaiano y eso que mide 10.200 metros. Pero claro, como está rodeado de agua se
tiende a medir solo lo que se ve por encima del nivel del mar… pero la realidad
es que es mucho más alto que el Everest. Todo depende de los criterios que
tengamos en cuenta para tomar las medidas.
Todos “sabemos” que hay diferentes partes en la lengua
y que cada una detecta un sabor diferente… Si nos remontamos a esas clases de
conocimiento del medio o de ciencias naturales recordaremos ese clásico dibujo
de la lengua dividida en sectores. Por ejemplo en la punta se aprecia el dulce,
en la zona posterior el amargo… y así asociamos un sabor a cada uno de los
sectores. Pues bien, no es del todo
verdad. En realidad hay receptores para cada uno de los sabores en cualquier
parte de la lengua. Esto se empezó a plantear cuando se descubrió que había un
quinto sabor, el umami (el de la salsa de soja
y algunos productos orientales, para los que aun no lo hayan notado) que
se detectaba en toda la lengua, descubriendo que todos los sabores se podían
detectar en cualquier punto de la lengua.
Otro concepto que está clarísimo es que los camaleones
cambian de color para mimetizarse con el medio. Siento deciros que esto tampoco
es cierto… simplemente cambian de color por las condiciones de temperatura,
intensidad de la luz y el ánimo con el que se encuentra el animal. No lo hacen
para camuflarse sino para dar una señal de agresividad y así poder defenderse,
marcar el territorio, o mostrar su fuerza. Pero bueno, siguen siendo animales increíbles,
pueden mover los ojos por separado, tiene una de las lenguas más largas y potentes
que existen e independientemente del
motivo… ¡siguen cambiando de color!
Sin ninguna duda, el mayor mito que se
me ha caído es que los humanos tenemos cinco sentidos… :0 Los sentidos son las
formas a través de las cuales nuestro organismo capta información. La vista, el
gusto, el oído, el olfato y el tacto cumplen los requisitos perfectamente pero
no son los únicos. Por ejemplo la nocicepción, que es la capacidad del cuerpo
para sentir dolor y así captar información de que algo va mal en tu propio
cuerpo los cumple también. Lo mismo ocurre con la propiocepción que es la
capacidad de conectar partes del cuerpo sin necesidad del contacto visual, por
ejemplo si cierras los ojos y quieres tocarte la nariz, el dedo va a ir
directamente hasta la nariz sin necesidad de ver dónde está, además este “nuevo”
sentido es el culpable (cuando falla, claro) de que nos golpeemos por accidente
en los dedos de los pies o en la frente. Estos dos son los más importantes pero
hay más… no se cuántos realmente, pero lo que está claro es que hay más de
cinco.
Ya lo dijo Joseph
Goebbels, enfocado a las ideas hitlerianas, pero una gran verdad eso si…
"Una mentira mil veces repetida... se convierte en verdad".
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